lunes, 6 de febrero de 2012

10 PELICULAS DE TERROR -PARTE 4-

LA 4° PARTE!

CREEPYPASTA 12

LISA SMITH:


Vladimir 17: hola chiquita!
chica sexy: quien eres?????
Vladimir 17: tu admirador secreto!!!
chica sexy: a si ándale, me estas choreando.....no
neta, quien eres?
Vladimir 17: te ame desde el momento en que te mire a los ojos.......
Vladimir 17: pienso en ti cada día...eres mi sueño hecho realidad.
Vladimir 17: nos vimos una vez! pero no creo que te acuerdes
Vladimir 17: me corto, por que el dolor es muy fuerte
Vladimir 17: nos vamos a conocer, me vas conocer hoy en la noche.
Chica sexy: KIEN ERES!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
Vladimir 17: no te preocupes........te voy a cuidar muy bien.......
Vladimir 17: a dejado la conversación.


La chica estaba tan asustada que cerro todas la puertas y ventanas...... se aseguro que su cuarto estaba bien cerrado y nadie podía entrar.
Estaba tan asustada que no sabía si era neta o puro choro.....no sabía cuando él iba a venir. Estaba tan aterrorizada que decidió dormirse con su hermanita. Se quedó dormida muy pronto, hasta que oyó un ruido en la ventana y lentamente camino hacia la ventana.......
El ruido se hizo más fuerte. La chava se asomo por la ventana......pero no vio nada excepto las ramas de un árbol.
Entonces la chava regreso a la cama con su hermana.
La cama estaba mojada y olía muy mal, tal vez le a su hermana...la chava checo y encontró sangre en toda la cama.
La chava se aterrorizo. No sabia que hacer. Corrió y se escondió en el closet en caso de que el tipo la estuviera buscando.
Cuando estaba observando atreves de las rendijas del closet, la chava vio una sombra. Estaba oscuro, así que no sabia quien erase estaba muriendo de miedo y el hombre se acerco todavía mas, la chava cerro sus ojos como si fuera un sueño. De repente el abrió la puerta del closet y la saco.
Sus papas la encontraron muerta. Estaba despellejada y colgada en el closet.

CREEPYPASTA 11

LOS RETRATOS:

Una vez, un cazador, después de un largo día de caza se perdió en un inmenso bosque. Estaba oscureciendo, así que empezó a avanzar en una dirección única para salir del bosque y orientarse. Después de caminar mucho, encontró una pequeña cabaña. Se dio cuenta que si seguía caminando, caería la noche y el seguiría atrapado en el bosque, así que decidió quedarse en la cabaña.
Entró, y no
había nadie dentro. Se desplomó en la única cama que había, y a la mañana siguiente le explicaría al dueño lo que pasó. Se asombró por la decoración de la cabaña, estaba llena de retratos muy raros, con caras y personas horrorosas. Estaban llenas de maldad y odio. El cazador se acostó mirando a la pared, para no ver las horroríficas caras de los retratos. Curiosamente, el fondo de la mayoría de los retratos era igual a las afueras de la cabaña.
A la mañana siguiente, el despertó cegado por una luz que le daba justo en la cara. Se dio vuelta y vio que la cabaña no tenía ningún
retrato,
solo tenía ventanas.

10 PELICULAS DE TERROR -PARTE 3-

LA 3° PARTE

sábado, 4 de febrero de 2012

CREEPYPASTA 10

EL GAS:


Investigadores Soviéticos a finales de los 40´s mantuvieron a 5 personas despiertas por 15 días utilizando un gas estimulante. Los tuvieron encerrados en un ambiente sellado para monitorear cuidadosamente el uso de oxigeno, debido a las altas concentraciones de gas. Esto fue antes de que existiera el circuito cerrado, por lo que tuvieron que usar micrófonos y ventanas con grosor de 5 pulgadas para monitorearlos. El cuarto estaba lleno de libros, cobijas para dar calor -pero ninguna cama-, agua corriente, baño y la suficiente cantidad de comida para que los 5 sobrevivieran por un mes.

Los sujetos de prueba eran prisioneros políticos y de guerra declarados enemigos del estado durante la segunda guerra mundial.

Todo estuvo bien por los primeros 5 días; Los sujetos rara vez se quejaban, después de que (falsamente) se les había prometido su libertad si aceptaban tomar parte de la prueba y no dormir por 30 días. Sus conversaciones y actividades fueron monitoreadas y los científicos notaron que conforme pasaba el tiempo, ellos hablaban sobre incidentes traumáticos de su pasado.

Después de 5 días se empezaron a quejar de las circunstancias y eventos que los llevaron a donde estaban y empezaron a demostrar paranoia severa. Dejaron de hablar entre ellos, y comenzaron a murmurar de manera alterna en los micrófonos. De manera extraña, todos parecían creer que podían ganar la confianza de sus captores si traicionaban a sus camaradas. En un principio se creyó que esto era un efecto del gas.

Después de 9 días, el primero de ellos empezó a gritar. Corría por todo el cuarto gritando repetidamente por 3 horas seguidas. Después, trato de continuar gritando, pero solo podía dar un grito ocasional. Los científicos descubrieron que se había destrozado las cuerdas vocales. La parte más sorprendente de este comportamiento fue: como sus compañeros reaccionaron a esto. O mejor dicho, como no reaccionaron… Continuaban murmurando en los micrófonos hasta que el segundo de los prisioneros comenzó a gritar. Dos de los prisioneros que no gritaban, tomaron los libros y llenaron página tras página de sus propias heces, y de manera calmada, los pusieron sobre las ventanas del cuarto. Los gritos cesaron de repente, al igual que los murmullos de los micrófonos.

Pasaron otros 3 días. Los
investigadores chequeaban los micrófonos constantemente para asegurarse de que aun funcionaran, porque, creían que era imposible no escuchar sonidos con 5 personas dentro. El consumo de oxigeno indicaba que los 5 debían seguir vivos. De hecho, el consumo de oxigeno era el necesario para 5 personas que hacían ejercicio extenuante. En la mañana del catorceavo día, los investigadores hicieron algo que no debían hacer. Para llamar la atención de los prisioneros, utilizaron el Intercom dentro del cuarto, esperando provocar respuestas de los prisioneros, pues temían que estuviesen muertos, o en estado vegetal.
Anunciaron: “Abriremos el cuarto para probar los micrófonos. Aléjense de las puertas y acuéstense en el piso con las manos en la espalda o se les disparara. Se le otorgara la libertad a uno de ustedes si obedecen”.
Para su sorpresa, escucharon solo una frase, con voz calmada: “No queremos ser liberados”.

Hubo gran debate entre los
investigadores y fuerzas militares que financiaban el proyecto; sin poder provocar más respuestas utilizando el Intercom, finalmente se decidió abrir el cuarto a la media noche del día numero 15.

Se limpio el gas del cuarto, y se lleno de aire fresco. Inmediatamente, voces de los micrófonos, empezaron a objetar. 3 Voces diferentes rogaban por la vida de sus seres queridos, que encendieran el gas nuevamente. Se abrió el cuarto para sacar a los prisioneros. Gritaron más fuerte que nunca, al igual que los soldados, cuando vieron lo que había dentro: Cuatro de los sujetos seguían “vivos”.

Las raciones de los pasados 5 días no habían sido tocadas. Había pedazos de carne de las costillas y pantorrillas del sujeto muerto colocados dentro del drenaje del centro del cuarto bloqueándolo, permitiendo que 4 cm de agua estancada se acumulara en el piso. Los cuatro “Sobrevivientes” también tenían pedazos de piel y carne arrancada de sus cuerpos. La destrucción de tejidos y la exposición de huesos en la punta de sus dedos indicaban que las heridas fueron infligidas por las manos, y no por los dientes, como era de suponerse. Al examinarlos, se descubrió que la mayoría de las heridas fueron auto infligidas.

Los órganos menos importantes detrás de las costillas fueron removidos; Mientras que el corazón, los pulmones y el diafragma seguían en su lugar, la piel y la mayoría de los músculos pegados a las costillas fueron arrancados, exponiendo los pulmones. El tracto digestivo de los cuatro sujetos podía verse trabajar, digiriendo comida. Rápidamente se hizo obvio que estaban digiriendo su propia carne, y que ellos la arrancaron y se la comieron en el transcurso de los días.

La mayoría de los soldados, en las instalaciones, eran de las fuerzas especiales soviéticas, pero aun así, muchos se negaron a regresar al cuarto para sacar a los prisioneros. Estos sin embargo, insistían a gritos que los dejaran dentro y de manera alterna rogaron y demandaron que se encendiera el gas nuevamente, para evitar quedarse dormidos.

Para sorpresa de todos, los sujetos, pusieron una resistencia feroz durante la extracción. Un soldado Ruso falleció cuando uno de los sujetos le mordió el cuello, otro fue gravemente herido cuando otro de los prisioneros le mordió la arteria femoral y los testículos. Otros 5 soldados perdieron la vida, si cuentas a aquellos que se quitaron la vida en las semanas consecuentes al incidente.

Durante la lucha, uno de los prisioneros daño su bazo, sangrando de manera casi inmediata. Se intento sedar al sujeto, pero fue imposible. Se le inyecto más de 10 veces de la dosis humana de Morfina, y aun así lucho como un animal rodeado, rompiendo las costillas y el brazo de un doctor. por dos minutos se vio latir su corazón al máximo, mientras se desangraba, y continuo gritando por más de 3 minutos, atacando a quien se le acercara, repitiendo la palabra “Mas” una y otra vez, cada vez más débil, hasta que cayó en profundo silencio.

Los otros 3 sobrevivientes, fueron inmovilizados y llevados hacia instalaciones médicas. Dos de ellos, con cuerdas vocales intactas, demandaban continuamente más gas para permanecer despiertos.

El mas herido de los tres, fue llevado al único cuarto de cirugía que había en las instalaciones. En el proceso de su preparación para la cirugía, se noto que el sujeto era totalmente inmune a los sedantes. Peleo furiosamente cuando el gas anestésico se le estaba colocando. Se necesito un poco más de anestesia de la normal para sedarlo, pero al momento que sus ojos se cerraron, su corazón se detuvo. En la autopsia, se encontró que en su sangre, había 3 veces la cantidad normal de oxigeno. También detectaron que se rompió 9 huesos en la lucha para no ser controlado.

El segundo sobreviviente, era el que primero grito del grupo. Con sus cuerdas vocales destruidas, el no pudo objetar la cirugía, y solo reaccionaba agitando violentamente la cabeza en desacuerdo cuando se le administraba el gas anestésico. Afirmo violentamente con la cabeza cuando alguien sugirió en hacer la cirugía sin anestesia, y no reacciono durante la misma, que duro 6 horas, durante la cual se intento reemplazar sus órganos abdominales y cubrirlo con lo que quedaba de su piel. El cirujano afirmo que era médicamente imposible que el sujeto siguiera con vida. Una enfermera aterrada que ayudo en la cirugía, comento que la boca del paciente formaba una sonrisa macabra cada vez que sus ojos se encontraban.

Cuando la cirugía termino, el sujeto miro al cirujano y empezó a emitir fuerte sonidos, como tratando de hablar. Asumiendo que esto era de gran importancia, el cirujano le entrego un papel y una pluma, para que el paciente pudiera comunicarse. “Sigue cortando” escribió…

Se le hizo la misma cirugía sin anestesia al otro sujeto. Se le tuvo que inyectar un paralítico, pues el reía constantemente, y al cirujano le era imposible realizar la operación. Una vez paralizado, solo podía interactuar con sus ojos. En el momento en que pudo hablar nuevamente, exigió una vez más el gas estimulante. Los
investigadores trataron de averiguar porque se lastimaron de esa forma ellos mismos, y porque querían el gas nuevamente.

La única respuesta fue: “Debo permanecer despierto”.

Se reforzaron a los 3 sujetos y los devolvieron al cuarto, para espera de su destino. Los
investigadores, enfrentando la furia de sus “benefactores” militares, por haber fallado las metas del proyecto, consideraron dar eutanasia a los prisioneros. El comándate, un ex KGB, vio potencial en el proyecto, y en su lugar decidió ver qué pasaría si ponían el gas nuevamente. Los científicos se negaron rotundamente, pero al final, tuvieron que aceptar.

En preparación para ser sellados nuevamente en el cuarto, los prisioneros, fueron conectados a un monitor EEG. Para sorpresa de todos, los tres dejaron de pelear en el momento que se dieron cuenta que les regresarían el gas. En este momento, era obvio que los tres estaban haciendo un gran esfuerzo por mantenerse despiertos. Uno de los prisioneros, estaba murmurando una canción; El sujeto mudo, peleaba con sus ataduras de piel, como si tratara de liberarse de una carga. El ultimo sujeto, mantenía su cabeza en la almohada, y parpadeaba rápidamente. Siendo este, el primero al que se le puso el EEG, la mayoría de los
investigadores monitoreaban sus ondas cerebrales. Con sorpresa comprobaron que eran normales la mayor parte del tiempo, algunas veces, aparecía una línea recta de manera inexplicable. Parecía que repetidamente sufría de muerte cerebral. Mientras analizaban los datos, una enfermera noto que los ojos del sujeto se cerraron. Sus ondas cerebrales cambiaron inmediatamente por las de sueño profundo, luego se pusieron rectas, y de manera simultánea, su corazón se detuvo.


El único sujeto que quedaba con el don del habla comenzó a gritar. En ese momento sus ondas cerebrales mostraba las líneas rectas del sujeto que acababa de morir por quedarse dormido. El comandante dio la orden de sellar el cuarto con los dos prisioneros dentro, junto con 3 de los científicos. Uno de los 3, inmediatamente tomo un arma y abrió fuego contra el comandante, matándolo de un tiro entre los ojos. Después apunto al prisionero mudo, y le voló el cerebro.

Apunto al prisionero que quedaba vivo, mientras que los demás
investigadores escaparon del cuarto. Entonces el portador del arma dijo: “No me encerraran con estas cosas! No contigo!”, le gritaba al prisionero que estaba atado al camastro. “QUE ERES?!” Demando el científico. “Necesito saber”!”

El prisionero sonrío maliciosamente.

“Tan fácilmente te has olvidado de mi?”, pregunto el prisionero. Y siguió “Somos ustedes”. “Somos la locura que está encerrada en todos ustedes, rogando por libertad en cada momento de su vida, desde lo más profundo de su mente animal. Somos aquello de lo que se esconden en sus camas todas las noches. Somos lo que duermen, silencian y paralizan cuando se van a su cielo nocturno, donde no les podemos alcanzar”.


CREEPYPASTA 9

LA SEPULTURERA: 


Este error me ha costado la vida.
No quise hacerlo, pero me fue irresistible debido a tu belleza, Sepulturera…
Me encontraba vagando por una zona cercana a mi casa según yo tomando un atajo para volver más pronto ya que este nuevo horario me roba una hora de luz y la zona por donde vivo es algo solitaria.
No conociendo bien las calles debido a que siempre viajaba en bus quede de frente con el viejo cementerio al cuál es opción entrar para cruzar a la avenida principal ya que para no demolerlo le colocaron un paso elevado, pero tiene muchas escaleras y da pereza cruzarlo. Así que decidí pasar por dentro del cementerio.
Ya era bastante la obscuridad y el caminar por el medio de las lápidas hizo que un escalofrió terrible recorriera todo mi ser. A mis 19 años jamás había experimentado una experiencia sobrenatural y no estaba listo para vivirla aún.
Mientras me adentraba sentía que los antiguos caminos de concreto me llevaban a zonas más profundas del cementerio donde viejos huesos se asomaban de las criptas abandonadas hace más de un siglo como suplicando por alguien que los regresara a su eterno descanso bajo tierra.
Sin notar cómo me había extraviado, ya no podía ver el puente elevado ni nada que me indicara mi posición.
Sonidos extraños llamaron mi atención debido a que mi oído se agudizaba conforme la penumbra del lugar debilitaba mis ojos. Lo que vi me hizo latir el corazón muy fuertemente y desee no estar ahí. Varios espíritus cubiertos con negras capuchas me miraban fijamente mientras flotaban en dirección hacia mí. Corrí como un loco tratando de buscar la salida mientras estos seres velozmente me daban alcance, sentía el frío de sus cadavéricas manos acercándose a mi piel mientras uno de ellos me trataba de tomar del hombro.
-Déjenme en paz, yo no les he hecho nada!- Gritaba mientras corría con voz entrecortada debido a mi mala condición física.
Los entes no respondían a lo que les había dicho y algunos incluso se elevaban del piso haciendo gala de que no eran de este plano y que tenían un poder superior.
mi veloz carrera por salvarme tropecé con una losa salida y caí abruptamente sobre la tierra, a escasos centímetros de una cruz de hierro que me hubiera perforado la cabeza.
Los espíritus se acercaron y me tomaron de los brazos y de las piernas, sus manos eran heladas y me desgarraban la ropa.
Sentí como mordían mi pierna y mi brazo, forcejeando para arrancarme la carne de los huesos.
Gritaba lo más fuerte que me permitían mis pulmones mientras ese dolor se hacía más agudo.
Sentí que iba a desfallecer por el dolor cuando vi un relámpago de plata que golpeo a la criatura que me mordía la pierna.
Era una chica hermosa, de cabello negro como la noche. Su cuerpo estaba cubierto por una túnica parda que le cubría hasta las rodillas, dejando ver un pantalón de mezclilla algo largo y unas botas como de obrero muy sucias de lodo y tierra. Ella tenía en la mano una pala brillante, sin mancha alguna con la que golpeo a ese espectro.
Los demás entes me dejaron libre al verla.
Bajo su mirada hasta mi e incrustó la pala en la tierra, acto seguido me tendió su mano para levantarme.
Me costó trabajo ponerme en pie por el daño que recibí de esos entes y quise mirar sus ojos, pero ella evadía mi mirada.
-Gracias por ayudarme y que eran esas cosas?-
Ella no me respondió.
Me llevo a través de los senderos del cementerio iluminando el camino con una lámpara de petróleo muy antigua. La tenue luz que emitía daba un aire pesado y macabro al cementerio.
Llegamos hasta una pequeña cabaña hecha de ladrillos que alguna vez fueron rojos. Abrió la puerta y me ayudo a sentarme en un sillón.
El lugar era bastante acogedor con una cama pequeña y bien limpia, una mesa con una sola silla y una chimenea sobre la cual había una fotografía algo borrosa debido a que el vidrio que la protegía estaba sucio de polvo y hollín que escapaba por las fisuras de los ladrillos en la misma chimenea.
De una caja de madera bajo su cama saco un maletín que abrió frente a mis ojos y que me hizo recordar esa sensación de nerviosismo que se hace presente mientras esperas un tratamiento dental.
Había dentro una serie de instrumentos extraños que parecían de la época de la inquisición. Agujas de metal, navajas de cobre, sierras pequeñas, martillos con picas y una serie de objetos que no pude identificar.
Me miro a los ojos y me tranquilizo, sin decir una palabra me hizo confiar en ella. Aferre mis manos firmemente a los brazos del sillón mientras ella tomaba unas tijerillas de ese maletín y cortaba lo que había quedado de mi pantalón cerca de la herida provocada por las mordidas de ese espectro.
Usó una especie de cucharilla que introdujo en la herida y raspó la carne muerta que estaba en mi pierna, el dolor era insoportable pero me rehusé a gritar para aparentar fortaleza frente a ella.
-Eso que viste es un ser del más allá, un cuerpo animado por el alma de una persona que no encuentra el descanso eterno y que busca la carne de los vivos para sentir su calidez, alimentarse con su sangre y deleitarse con los gritos de dolor de quién la arranca. Tuviste suerte extraño, la mayoría de los que cruzan en la noche este cementerio no ven la luz del alba.-
Pasaron algunos minutos en los que ella se deshizo de la piel y musculo que habían dañado y que estaba impregnado con la tierra del cementerio. El dolor fue bastante fuerte, pero sentir sus tibias manos curándome me daban el alivio que necesitaba.
Del mismo maletín saco una jeringuilla de metal, llena de un líquido azuloso que emitía un brillo extraño.
-Son los extractos de unas hierbas que crecen dentro de este mismo cementerio, sirven para detener la infección que causa la mordida de estos seres y principalmente el contacto con la tierra del cementerio.-
Inyectó ese líquido en mi cuerpo y sentí cansancio. Mis ojos comenzaron a cerrarse mientras veía como ella cubría mi cuerpo con una manta blanca, misma que estaba en su cama…
Al despertar ella estaba ahí, temía en sueños que hubiera desaparecido sin dejar rastro.
Estaba frente al fuego de la chimenea, limpiando su pala con una pieza de lana.
Ella ya no estaba cubierta por la túnica y tenia puesta en su lugar una linda blusilla de color azul, con un corazón estampado en el medio, se veía tan hermosa que quise guardar esa imagen para siempre en mi mente.
-Ahora debes irte extraño, la luz del día te protegerá. Pero te advertiré que no quiero volver a verte en mi cementerio de no ser que estés muerto y vengas en un ataúd.-
Su advertencia me dolió un poco, sentí que era el momento de expresarle mi gratitud, pero mis sentimientos me llevaron a hacer algo de increíble estupidez.
Sabiendo que estaba aun herido me levante y fingí caer sobre ella, tratando de acercar mis labios para robarle un beso, pero cuando mi cuerpo cayó sobre el suyo escuché algo como un crujir de huesos.
Debajo de su blusa salió disparado un trozo de hueso, similar a una costilla y quedo cerca de mi brazo.
Lentamente dirigí mi vista hacia su rostro y vi en sus ojos una mirada de enojo, pero no de dolor.
Con un movimiento brusco me lanzó a un costado y se puso de pie, tomó su costilla y dándome la espalda levantó levemente su blusilla a la altura de medio pecho, dejándome ver parte de su espalda abierta y dentro de ella pude ver sus huesos, como si estuviera hueca. Metió su mano por esa ruptura acomodando en su lugar la costilla.
-Vete extraño, no quiero verte nunca más-
Cuando termino de decir esas palabras su cuerpo se convirtió en polvo delante de mis ojos dejando solo sus ropas en el piso.
Bastante alterado por lo que vi decidí que era momento de irme, no sin antes acercarme y tomar en mis manos esa blusilla. La acerque a mi rostro y pude sentir un aroma muy delicado a flores de lavanda.
Ella estaba muerta, quizá era un cuerpo animado por un alma que no encuentra el descanso eterno, pero no era como
ellos.
Decidí llevarme esa prenda como memoria de que ella me salvo y recordarla cuando estuviera lejos del cementerio.
Salí de la cabaña y la luz del sol me deslumbró por unos instantes.
Ya con la luz del día camine lastimosamente hacia la salida.
Estando cerca pisé por error una tumba y la tierra bajo mis pies sucumbió ante mi peso.
-Aun cuando te ayude te atreves a hurtar lo que en vida me perteneció? Todos los vivos son iguales, se sienten con derecho sobre lo que no les pertenece- Dijo ella con una mirada de odio que contrastaba con su bello rostro
Quise decir algo a mi favor cuando ella lanzó un fuerte golpe con su pala sobre mi cabeza, todo se me nubló y desperté aquí.
Ahora estoy encerrado en este ataúd y he dejado mis uñas arrancadas en la tapa de tanto que me he esforzado por salir y siento que el aire se me acaba.
-Perdóname bella sepulturera, déjame salir de este ataúd!-
He gritado varias veces pero siento que no me perdonara…
Me siento mareado, me falta el aire… y todo se vuelve borroso…

viernes, 3 de febrero de 2012

CREEPYPASTA 8

EL ROMPECABEZAS: 

Había una mujer que vivía sola en un pueblito pequeño. No tenía familia, amigos, solo su casa y su hobbie, el resolver rompecabezas, no era solo su más grande pasión si no también una obsesión.  Se sentía orgullosa de completar cada rompecabezas que cayera en sus manos. Pero  llego un momento en que ya no había rompecabezas que completar…
Un día, mientras iba de compras, paso por una venta de garage, mirando la mercancia se encontró con una caja sencilla que tenia escrito “rompecabezas” en la tapa. Terriblemente emocionada  ante la posibilidad de terminar un nuevo rompecabezas, le pregunto al dueño cuanto pedía por él, este se asombro de que la mujer hubiera encontrado la caja y se la quito, negándose rotundamente  a venderla, la tomo y la puso de nuevo en el garaje. La mujer trato en vano de convencer al hombre y finalmente se canso de discutir y decidió  esperar a que el hombre se descuidara para luego robarse el rompecabezas. Cuando esto ocurrió, se apresuro a tomar la caja y corrió hasta su casa.
Una vez en su hogar, se sentía más animada. Tenía un nuevo rompecabezas y no esperaba la hora para empezar a armarlo.
La mujer empezó como todo el mundo, armando los bordes primero. Mientras colocaba las piezas en su lugar, noto que la imagen que aparecía en el rompecabezas era parecida a la de su sala. Intrigada, siguió armándolo y mientras avanzaba, noto que aparecía su mesa del comedor y sus sillas. La mujer continúo uniendo las piezas hasta que se dio cuenta de que la mujer que aparecía en el centro del rompecabezas era ella. Temerosa, coloco la última pieza del rompecabezas, la ventana detrás de ella. La mujer se quedo petrificada, mirando el rompecabezas, pues en la imagen de la ventana veía la cara de un hombre mirándola.
Lo último que la mujer escucho fue el sonido del vidrio rompiéndose…